La cena de despedida del CURSO BAILAFACIL
2014 tuvo lugar en el Hotel Villa de Gijón, como el año
pasado, donde quedamos más que satisfechos, tanto con la
atención como con el menú y las instalaciones. Volvimos
a acertar: comimos todavía mejor y todo salió fenomenal,
sin el menor incidente o problema reseñables. En esta ocasión
fuimos 114 comensales, dos menos que en 2013. ¡Cachis! Casi
nos superamos.
Las fotos que muestran
UN DEDO al pasarles el puntero por encima pueden ampliarse.
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En cualquier caso, zampamos como 214,
¡o más! Jeje, es bromita, si comemos todos como pajaritos...
Como buitres leonados, concretamente. ¿Pero quién
podría resistirse a los deliciosos manjares que veis sobre
estas líneas? Yo no, desde luego. Aunque supe moderarme: el palillo
no me lo comí. Creo. Y los demás, parecido. Pero no fue
por vicio. ¡Es que estaba todo buenísimo! Crema
de nécoras, lenguado relleno de marisco, carrilleras de ternera,
tarta con helado... Para chuparse los dedos. Mis felicitaciones
al cocinero, ayudantes y servicio en general.
Después de rematar la faena con
cafés y chupitos, pagar la factura y asistir a
la inevitable entrega de regalos a Emma de cada cena que
se los merece porque es encantadora, no como yo, que soy un cardo
llegó por fin la hora de bailar. ¡Avalancha en la pista!
Como de costumbre, no hicimos prisioneros: a la primera canción,
una cumbia, ya estaba abarrotada de bailongos la zona
despejada del comedor. Bueno, abarrotada no sería exacto,
porque en esta ocasión el espacio habilitado para bailar era
más amplio que el año pasado y hubo sitio de sobra
para todos.
En cualquier caso, tan pronto me puse
a hacer de DJ y bailarín, por supuesto la
pista rebosó de alumnos dispuestos a poner en práctica
todo lo aprendido durante el curso y disfrutar de la gran variedad
de ritmos que es nuestra genuina marca de fábrica:
merengue, vals, bachata, tango, rock & roll, swing, cumbia, chachachá,
blues, salsa y rueda cubana, bolero, pasodoble, rumba, fox trot, vals
lento, sevillanas...
Como siempre, en las casi cuatro horas
de música que teníamos apalabradas con el restaurante
hubo tiempo para casi todo. Mucho baile masivo, que es lo principal,
pero también para dirigir un par de ruedas esta
vez llevé el micro y pude hacerlo yo, montar un
buen pollo con la coreografía de Coyote Dax que
para variar sustituyó en esta ocasión al habitual Ai
se eu te pego, bailar una sevillanita, algún
jive...
En fin, las múltiples fotos
del reportaje muestran mejor que cualquier rollo que os pueda
contar yo el ambiente y la diversión que imperaron en
nuestro último evento social del curso. Gracias,
por cierto, a todos los que han contribuido con las suyas, en particular
a Angel y Alvaro, que nos proporcionaron muchas imágenes
útiles, además de varios vídeos. Y también
queremos aprovechar este penúltimo párrafo para agradecer,
tanto Emma como yo, su fidelidad y apoyo anuestros amados
alumnos. Grazie mille, o como rayos se escriba, que yo de
chino, ni torta.
Y eso es todo, amigos. Por este año
léase 'curso' ha llegado el momento de cerrar
el chiringuito. Tras las vacaciones regresaremos con las pilas bien
cargadas y nuevos cursillos, fiestas y cenas de baile.
A partir de octubre, ya sabéis. Hasta entonces, ¡feliz
verano!