¡Cómo pasa el tiempo, amigos!
Parece que fue ayer cuando tuvimos la ocurrencia organizar la primera
Espicha BAILAFACIL y el pasado viernes 22 de febrero nos
zampamos la séptima consecutiva, en esta ocasión
en el Restaurante Lagar El Fugitivo, donde ya habíamos celebrado
otras dos anteriormente. Como de costumbre, el evento fue un exitazo y
los 163 comensales que nos dimos cita en el mismo disfrutamos de
una sana cena a base de embutido, gambas a la gabardina, croquetas,
chorizos criollos, costillas a la parrilla y todo tipo de cosas ricas,
seguida de varias horas de animado bailoteo a ritmo de cumbia,
merengue, salsa, chachachá, vals, tango, kizomba, rock, pasodoble,
bachata y mucho más.
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Todo lo que nos sirvieron estuvo riquísimo,
lo que no fue ninguna sorpresa, ya que la cocina del Fugitivo es excelente
y su servicio impecable. Muchas gracias al nuevo encargado, Miguel,
y a todos los amables camarero/as que nos atendieron, por la magnífica
atención prestada y los 20 minutos extra que nos permitieron
prolongar el baile para compensar el pequeño retraso
acumulado durante los cafés y los chupitos.
Una vez despachados el cobro y los licores,
llegó el momento de estrenar el nuevo equipo de sonido
que habíamos comprado para musicalizar este tipo de eventos.
Funcionó perfectamente y cubrió de sobra las necesidades
de la velada... pero justito justito. ¡La gente bailando, bebiendo
y divirtiéndose hace mucho ruido! Bueno, ya contábamos
con ello. De ahí que fijáramos un aforo límite
de 200 comensales (a pesar de que en El Fugitivo caben muchos más),
al que afortunadamente no llegamos. En el futuro tendremos que mantener
ese tipo de restricciones: esta claro que por encima de esas cifras
o nos pillamos los bafles que les sobren a los Rolling
en su próxima gira mundial o no hay nada que hacer.
En cualquier caso, para la ocasión
tuvimos volumen de sobra, así que una vez puesta en marcha la
música hacia las 12 de la noche, la pista se inundó
de ávidos bailarines dispuestos a compensar la ingesta de
calorías de la cena y demostrar las habilidades adquiridas
en los primeros cinco meses de curso. Como siempre, el baile estuvo
animadísimo, a pesar de que hubo cierta escased de
chicos. En nuestras clases la proporción suele estar bastante
equilibrada, pero a los eventos se apunta quien quiere y faltaron algunos
chicos sueltos de varios grupos, lo que restringió las opciones.
Aunque no afectó demasiado al ambiente, se notó en que
la pista no estuvo tan abarrotada como otras veces, salvo en
las horas centrales de la fiesta, entre las 12 y media y las 2 menos
algo. Bueno, mejor para los que sí fuimos: ¡más
espacio para bailar!
Precisamente, hacia mitad de la velada
tocó hacer la coreografía que habíamos ensayado
para el evento, el clásico de Whigfield 'Saturday Night'
que salió... de aquella manera. Me encantaría correr
un tupido velo sobre el asunto, pero no es mi estilo evadir responsabilidades,
así que, lo primero, disculpas a todos por el fallo, y
en cuanto a lo que pasó, no puede ser más fácil
de explicar: por un pequeño error de comunicación
entre nosotros, Emma estuvo enseñando a sus alumnos a girar
hacia un lado y yo a los míos... hacia el otro. ¡Bum!
Metida de pata hasta el corvejón. En fin, poco más
que añadir. Sobre la marcha, se solucionó la cosa como
se pudo y al menos nadie resultó herido (gracias a que
no hay desplazamientos en la coreografía, ¡si llega
a ser la del Coyote se arma la de Cristo!), el que no se consuela...
En BAILAFACIL no solemos cometer fallos así, pero somos humanos,
está claro. Reiteramos nuestras disculpas y prometemos
poner más atención en el futuro.
Bueno, desastritos coreográficos
al margen, tras el 'Saturday' siguió el baile y como siempre
hubo tiempo para todo, incluidas las típicas 'exhibiciones'
de jive, salsa y últimamente kizomba que
solemos hacer Emma y yo cuando hay música y espacio para ello
(en realidad, no nos exhibimos; simplemente, bailamos así),
mucha animación en la pista, alguna rueda cubana improvisada...
Lo habitual, vaya.
Al final, y tras estirar un
poco el horario previsto a cuenta del retraso inicial ya mencionado,
apagamos la música hacia las 3 y 20 de la madrugada, momento
en que todavía quedaban en El Fugitivo más de la mitad
de los asistentes. ¡Si es que no hay quien os eche para casa!
Es broma, nos encanta que aprovechéis el baile hasta el último
momento (por cierto, una idea: ya que gritarle 'otra, otra' al dj no
funciona, ¿por qué no probáis con el soborno?)
y esperamos que disfrutarais del evento tanto como nosotros.
Mil gracias a todos y hasta la próxima.
Como siempre, despedimos el reportaje
con un pequeño vídeo-resumen de la velada. Esperamos
que os guste.