Nuestras espichas-baile de febrero
son ya una nueva tradición... cada año más multitudinaria.
La cuarta consecutiva que organizamos tuvo lugar en el Restaurante ParrillaLa Carbayera de Granda el sábado 27 de febrero y contó
con 133 comensales, de sobra para batir holgadamente el récord
de asistencia a cualquiera de las tres anteriores... a pesar de que
nos vimos obligados a cerrar la inscripción una semana antes
a causa de una auténtica avalancha de peticiones que superó
con mucho el aforo máximo que permitían el equipo de música
y el espacio disponibles. La actividad humana tiene estas cosejas.
En todas las cenas o espichas que hemos organizado estos últimos
años el número de comensales siempre ha oscilado
entre 100 y 130. Pues bien, en esta ocasión, ¡ya se habían
apuntado más de 160 personas a falta de diez días
para la espicha! Y sólo podíamos admitir entre 130 y 140.
Al final, tuvimos que cortar la inscripción anticipadamente y dejar
fuera a todos los no alumnos, en aplicación de la norma
que da preferencia a nuestros alumnos en los eventos que organizamos
si hay problemas de aforo.
Las fotos que muestran
UN DEDO al pasarles el puntero por encima pueden ampliarse.
Haz CLIC sobre ellas y se abrirán en una nueva ventana.
En fin, nuestras disculpas para
todos los que se quedaron sin plaza en la IV Espicha BAILAFACIL.
Lo sentimos de veras, pero fue algo totalmente imprevisible. No hubiera
tenido mayor importancia de ocurrir en un restaurante que contara con
un potente equipo de sonido propio, pero La Carbayera
no tiene y el nuestro da para 130-140 personas... siempre que no metan
mucha bulla. A partir de ahí, nos arriesgamos a que no
se oiga bien la música, lo que jodería un poco
el baile. ¡Y eso sí que no! Comer y beber está
muy bien, pero nosotros queremos bailar.
Bueno, a lo que vamos. Problemas de aforo
al margen, los asistentes disfrutamos de una deliciosa cena compuesta
por los sanos manjares que veis por ahí arriba
perdón por el mordisqueado aspecto del plato de
costillas y chorizo criollo: ¡estaba tan rico que no pude
evitar hincarle el diente antes de hacer la foto! convenientemente
regados por todo tipo de caldos dignos de Baco: vino, sidra, cerveza,
sangría... Si, claro, también agua. Por lo visto
hay gente que la bebe. Y todo ello por el increible precio
de 22 míseros euros. Lo cierto es que todo estaba riquísimo,
el servicio fue excelente y en poco más de 2 horas despachamos
el opíparo menú cafés y chupitos
incluidos y pudimos lanzarnos a la pista a bailar merengue,
cumbia, pasodoble, bolero, salsa, bachata, tango, chachachá,
rock&roll y, en general, todo lo que salió por los bafles.
Como podéis ver en las imágenes,
las 3 horas y media de bailoteo de que dispusimos estuvieron
súper animadas desde que sonó la primera canción.
Lógico: ¡para eso vamos! Como ya hemos comentado infinidad
de veces, en las bodas y demás fiestas populares normales
mucha gente baila... algunos temas concretos, muy
conocidos o que están de moda, pero en nuestros eventos
todo el mundo lo baila prácticamente todo, puesto que
la música está seleccionada para ello, evitando
el abuso de cualquier tipo de ritmo y alternando las canciones rápidas
con las lentas para que nadie se agote en poco tiempo. Y como
prueba sólo tenéis que mirar las fotos que siguen
a este comentario, tomadas a escasos minutos de empezar el baile, donde
se puede comprobar que estamos todos agolpados en la pista y
no hay prácticamente nadie sentado.
Por lo demás, la noche transcurrió
sin mayores novedades con respecto a cualquier otra de nuestras
muchas cenas de baile anteriores. Cambia la gente, cambia el
lugar y cambia la música, pero nosotros mantenemos el mismo
espíritu relajado e informal de siempre, ejemplificado
en nuestro genuino sistema de cobro manual que no está
reñido en absoluto con organizar las cosas de forma seria
y profesional y, como lógica consecuencia, el ambiente
que se respira en los saraos que montamos suele ser estupendo
y todo sale bien casualmente.
Y para acabar, un pequeño montaje
de vídeo con algunos de los momentos estelares de la velada.
¡Nos vemos!