La 'V Espicha BAILAFACIL' fue la madre
de todas las espichas. En esta ocasión repetimos en el Lagar
El Fugitivo donde ya habíamos celebrado otra en
2014 y limitamos las inscripciones a 150 desde el principio, para
intentar evitar los problemas de aforo que tuvimos el año
pasado, pero fue imposible: la peña quiere comer, beber y bailar.
¡No se les puede mantener alejados de la juerga! Al final fuimos
155 comensales (nuevo récord), justo al límite
de lo que podía cubrir nuestro equipo de sonido... y gracias,
porque un par de semanas antes teníamos apuntados a ¡175
alumnos! De no ser por las bajas de última hora hubiéramos
andado muy justos de potencia, lo que nos obligará a replantearnos
este tipo de eventos en el futuro. Lógicamente, ante esta nueva
avalancha de inscripciones, a la espicha solo pudieron asistir alumnos
de BAILAFACIL, que tienen preferencia, como es natural. Nuestras
disculpas a todos los interesados que se quedaron sin plaza.
Las fotos que muestran
UN DEDO al pasarles el puntero por encima pueden ampliarse.
Haz CLIC sobre ellas y se abrirán en una nueva ventana.
Bueno, lloros y explicaciones al margen,
los asistentes a la espicha nos lo pasamos en grande y disfrutamos de
una gran velada, que os iré resumiendo a lo largo de las
siguientes líneas. Lo primero: ese par de chinos
ful en plan Fu-Manchú que aparecen en algunas
fotos no son unailusión óptica ni una aparición
fantasmal, tipo la espelurciada de The Ring, ¡estaban
realmente allí! Chema y Flor decidieron adelantar los carnavales
unos días, se presentaron de esa guisa... y la verdad
es que fueron el alma de la fiesta. ¡Que craks!
Y hablando de guisos, la comilonita
que nos metimos entre pecho y espalda por 20 míseros euros
fue apoteósica, como podéis ver en las imágenes
de ahí abajo (cortesía de Emma, gran aficionada a la fotografía
gastronómica), abundante, bien preparada y riquísima en
general. No creo que quedara nadie con hambre... ni con sed,
a juzgar por el trasiego de sidra, vino, cerveza, etc. ¡Solo con
fines digestivos, por supuexto!
Por fortuna para nuestros hígados
y corazones, en los eventos BAILAFACIL tras el ágape vienen
3 horas de música como mínimo en esta ocasión
adelantamos el cobro a los postres y fueron casi 3 horas y media
y el bailoteo compensa los estragos de la zampilona. Esperamos.
Como siempre, a los pocos minutos de empezar a salir canciones de la
torre de sonido chunga montada por Dj faux para la ocasión,
todo el mundo se lanzó a la pista y ya no hubo
quien los sacara de ella. Como podéis ver en una foto por
ahí abajo, las mesas donde habíamos cenado permanecieron
vacías casi toda la noche mientras la inmensa mayoría
de los presentes nos dedicábamos a bailar un poco de todo:
cumbia, merengue, vals, chachachá, blues, pasodoble, kizomba,
rock'n'roll, bolero, salsa, tango, bachata... Lógico. ¡Para
eso vamos!
Poco más que añadir. Comimos
bien, el baile estuvo súper animado y el ambiente fue excelente,
como suele pasar en todos los eventos que organizamos, en buena parte
porque pinchamos música variada y para todos, pero
sobre todo porque evitamos parar la fiesta con
exhibiciones chungas, nuestras o de cuatro alumnos, que no interesan
a nadie. Como mucho hacemos un par de ruedas nuestros
alumnos de salsa también tienen derecho a vivir que no
rompen el ritmo en absoluto: a continuación siempre suena algo
fácil para reenganchar a los que no las bailan.
Por señalar algo negativo
y ser un poco autocrítico, he reconocer que la música
se oía bien en la pista, pero no en el resto del local.
Y por supuesto, no tenía ni de coña la potencia que
se considera normal en cualquier pub o discoteca para que haya
ambiente (lo que equivale a un ruido atronador). Ya hemos
explicado que no tenemos equipos de sonido para eso, ni pensamos comprarlos,
así que no insisto más en el tema.
Y colorín colorado, este cuento
se ha acabado. Mmm, creo que esta despedida ya la he usado en otro reportaje...
¡No importa! Tengo mucha inventiva, pero ni yo puedo encontrar
infinitas formas nuevas de contar siempre lo mismo, así que haced
la vista gorda, please. Como es habitual en nuestros eventos,
dimos por finalizado el baile poco después de las 3 de la
madrugada y, tras recoger todo, cerramos el chiringuito. Mil
gracias a todos (como siempre también) por contribuir con
vuestra asistencia, buena actitud y ganas de bailar al
éxito de la velada.
De remate y esta vez, sí
definitivo, aquí os dejo una pequeña muestra
en vídeo del magnífico ambiente que hubo en
la espicha.