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Empecé en esto del baile allá por 1990, en un cursillo de la Universidad Popular y me enganché de inmediato. Antes de aquel primer curso, nunca había bailado pero sí me gustaba ¡y mucho! la música. Solía escuchar rock'n'roll sobre todo y me frustraba bastante no saber cómo moverme, no digo bailar sino simplemente moverme con todo ese ritmo empujándome... Aprender a bailar fue una liberación: cuando sabes hacer un paso que 'encaja' con la música, disfrutas mucho más de ella. Y compartir esa sensación con otras personas (tu pareja y los que miran) es algo extraordinario. En fin, ¡esa es la magia del baile!

El baile de salón amplió enormemente mis gustos musicales. Descubrí montones de ritmos y músicas que antes no me interesaban en absoluto: tangos, boleros, pasodobles, merengues... Conseguí canciones de Carlos Gardel, Los Panchos, Manolo Escobar, Juan Luis Guerra y quien hiciera falta y las escuchaba a todas horas.

Siempre he sido una persona entusiasta y de variados intereses —entre otras cosas, practico varios deportes y me gusta leer, ir al cine y jugar al ajedrez—, así que dediqué desde el principio gran cantidad de esfuerzo y energía a mi nueva afición. La mía era la segunda promoción de baile. El año anterior también había tenido lugar un cursillo y los que lo habían hecho, realizaban un segundo nivel a continuación de nuestra clase.

A los tres meses ocurrió algo que le dio un empujón definitivo a mi pasión por el baile. Estrella, nuestra profesora, nos invitó a participar en una CENA-BAILE junto con los alumnos del nivel avanzado. Esta tuvo lugar en el bar 'El Palacio' de Avilés en febrero de 1991. ¡Aquello fue magnífico! Cenamos y después retiramos las mesas y bailamos hasta las cuatro de la mañana allí mismo, con música que había llevado la profesora. Al principio estaba apabullado al ver lo bien que bailaban los del segundo curso pero, tras animarme con unas copillas, acabé bailando toda la noche. El intercambio no pudo ser más fructífero. Allí conocí a muchos de los que luego serían mis compañeros en el GRUPO SWING y buenos amigos durante años: Rafa, Marta, Merche, Jano, Geli... Esa noche aprendí muchos pasos nuevos pero sobre todo aprendí, o más bien decidí, esto: la clase de baile está muy bien y es imprescindible para aprender lo básico del baile y desarrollar la técnica necesaria para ejecutarlo, pero lo realmente divertido es bailar en un sitio público donde, además de disfrutar de la música, conoces gente y ves bailar a otros.
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FEBRERO DE 1991: CENA-BAILE EN 'EL PALACIO' DE AVILES
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Uno de los momentos cumbre de la noche: Jano y Merche bailando la lambada. Haz clic para ampliar. Copyright © www.bailafacil.es.
¿Os parece un lugar cutre? ¡Lo era! Los orígenes siempre son duros, amigos. Pero, pudiendo bailar, ¿quién se fija en el decorado?
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A la semana siguiente ya estaba preguntándole a la profesora que cuando sería la siguiente fiesta. ¿He mencionado que soy muy entusiasta? Claro, ella me dijo que no se pueden organizar ese tipo de saraos cada semana porque hay que buscar un restaurante donde dejen bailar hasta muy tarde (por eso fuimos hasta Avilés) y coordinar a todos, además de que salen caros... Entonces le hice la pregunta del millón: ¿Y no hay ningún sitio donde pongan música de bailes de salón para que podamos ir a practicar? Estrella no lo sabía y creía que no. Yo sólo conocía los bares y discotecas de moda y en ellos desde luego que sólo pinchaban música disco y radio-fórmula, así que pregunté a todo quisque con orejas que dónde ponían pasodobles, boleros, cumbias, etc y me dispuse a organizar una fiesta de baile con mis compañeros y los del nivel superior. Yo creía que sería fácil. ¡Iluso de mí!

Antes de seguir adelante, me gustaría trazar un pequeño panorama de la situación de los bares musicales y discotecas que funcionaban en aquella época, ya que las cosas han cambiado mucho en Gijón en estos casi 15 años, además de lo difícil que resulta situarse en este tipo de asuntos, habida cuenta de lo a menudo que cambian de nombre estos sitios —la mayor parte de las veces sólo eso, de nombre, dejando el resto como estaba, incluyendo las quemaduras de cigarrillo en los sillones y las vomitonas del baño—, lo que da lugar a conversaciones como esta:

A-- El sábado estuve de marcha en 'La Facultad'.
B-- ¿Dónde?
A-- ¡En 'La Facultad', hombre! Ese que antes se llamaba 'Puerto Plata'...
C-- ¡Ah, sí! Lo llevaban unos dominicanos, ¿no?
A-- Ni idea, yo creía que antes lo llevaba Sixto.
C-- No, hombre. Sixto estaba de relaciones cuando se llamaba 'Aqua'.
B-- No me aclaro, ¿pero dónde koño está ese bareto?
A-- No es un bareto, tío. ¡Es un cacho discoteca! Está en la calle Marqués de Casa Valdés.
B-- ¿Te refieres al 'Géminis'? ¿Pero no era un puti-club?
C-- ¡Que no te enteras, Contreras! Ese está en la misma calle pero mucho más allá.
A-- Y ahora se llama 'Mubay', creo.
C-- 'La Facultad' es uno que hay que bajar por una escalera que está al lado de una cafetería que...
B-- ¡Ah, hoxtia! ¡Ya caigo! ¡Vosotros habláis del 'Rolling'...!
(...)

Debido a ello, y con el objeto de ayudar a los lectores a aclararse, he incluido en este serial unos recuadros más oscuros como éste cada vez que menciono un tugurio nocturno, digo... ¡local de copas!
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ARQUEOLOGIA NOCTURNO-MARCHOSA EN GIJON: LA FACULTAD
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Arqueología nocturno-marchosa en Gijón: La Facultad. Haz clic para ampliar. Copyright © www.bailafacil.es.
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Marqués de Casa Valdés 36

ROLLING DISCO > AQUA > PUERTO PLATA > LA FACULTAD
Actualmente es un parque infantil llamado ECOPARK

COMENTARIO: Una de las discotecas más desaprovechadas de Gijón. Que yo sepa, nunca funcionó bien. Grande, bien situada y con unas condiciones bastante buenas, jamás fue explotada en condiciones. Desconozco como estaba en sus inicios, cuando era una discoteca de patinaje. A partir de 1992, cuando ya era 'Aqua' siempre estuvo hecha un asco. Con decir que tuvo un baño estropeado más de 10 años...

 


En fin, el caso es que en 1990 todavía estaban abiertas y funcionando todas las grandes discotecas de Gijón —La Real, El Jardín, La Fabrika, El Parque del Piles, el Barocco, el Aqua y el Playboy; el TIK estaba recién inaugurado y el Don Giovanni acababa de cerrar—. Entonces se llevaba reunirse en locales grandes (más de 1000 personas) a partir de las 4 de la madrugada, después de haber estado cociéndose —por dentro y por fuera— en baretos más pequeños que cerraban sobre esa hora. Más tarde, los bares y pubs musicales empezaron a realizar una competencia desleal sobre las discotecas que las llevó a la ruina.

Los bares pagan muchos menos impuestos que las discotecas entre otras cosas porque tienen que cerrar más temprano. Pero como la autoridad 'competente' hacía la vista gorda, empezaron a cerrar cada vez más tarde y como no hacían pagar entrada, las copas eran más baratas y es mucho más fácil crear ambiente en un local de 40 metros cuadrados que en uno de 400, los habituales de la noche se pasaron masivamente a los locales pequeños y las discotecas grandes desaparecieron del panorama nocturno de la ciudad.

Actualmente sólo permanecen abiertos el TIK y El Jardín, en las afueras y dedicadas casi exclusivamente al público juvenil. Todas las que estaban en el centro han sido cerradas y dudo que el ayuntamiento conceda nuevos permisos para ese tipo de locales. Es cierto que todavía sobrevive El Dragón pero yo la considero de tamaño medio. En cuanto al Parque del Piles, el Tropicana (antes La Fabrika) y otras, como el Oasis, tienen sus días contados. La presión urbanística acabará con ellas.

En cualquier caso, cuando me planteé organizar mi primera fiesta empecé por sitios más pequeños. Alguien me sugirió el Cánovas (yo nunca había entrado en él y no lo conocía, ¡lo juro!) y allí me presenté con mi cinta de cassette a cuestas... Como trasnochaba cada finde, sabía que la mayor parte de los locales están 'muertos' a primera hora y le propuse al 'dueño' de aquel tugurio que nos dejara poner nuestra música unas horas, hasta que llegaran sus clientes habituales. Era una buena idea ¿no? Yo le traía unos cuantos clientes y él nos proporcionaba un sitio donde bailar. Desde luego, el sitio no podía ser más cutre y poco recomendable pero no me desanimé por esas pequeñeces... De hecho, del Cánovas saqué una de mis frases favoritas: LO UNICO IMPRESCINDIBLE PARA BAILAR ES TENER SUELO, MUSICA Y PAREJA. Podéis citarla con confianza, es original mía. El resto de los elementos que mucha gente considera importantes, como una decoración bonita, un ambiente agradable y un determinado número de personas en la pista para sentirse arropado están muy bien, pero no son realmente necesarios ¿verdad?

Contra todo pronostico, casi todos mis compañeros acudieron a la cita y la fiesta tuvo suficiente éxito como para organizar varias más a lo largo de 1991. Por desgracia, los problemas con la 'dirección' del Cánovas también progresaron rápidamente. Admito que la música de baile de salón es dura para los oídos de los que no están acostumbrados a oírla: hay un poco de todo y la mezcla incluye muchos ritmos que no suelen sonar hoy en día, como tangos, valses, etc. Precisamente por eso ni me planteé ir a un pub de moda y opté por un tugurio sin prestigio musical. ¡De poco me sirvió! A partir de la segunda fiesta, el mandamás (que también hacía de disc-jockey para ahorrarse un sueldo) empezó a saltarse a la torera el acuerdo y a 'alternar' los cassettes que le daba yo con música de su propia cosecha, usando las excusas más peregrinas. Sirva de ejemplo este diálogo casi textual:

Faux-- ¡Ejem! No estoy muy seguro, pero creo que esa interesante canción de Boney-M no está en ninguna de mis cassettes...
Dueño (es un decir)-- No, bueno. Es que... ¡Ha entrado gente y claro, con esa música...!
Faux-- ¡No jodas, tío! ¿Han entrado un montón de clientes y yo no los he visto? ¡Dios mío! ¡Estoy ciego, ciego! ¿Dónde se han metido? ¿Debajo de los sillones?
Dueño-- No, es que se han ido al oír lo que sonaba...
Faux-- Ya, han vuelto a tu imaginación. Oye, tenemos un acuerdo. Si no te interesa me lo dices y listo. Ahora mismo hay aquí 20 personas que han venido conmigo porque les he dicho que podríamos bailar, así que si no te importa pon la música y tengamos la fiesta en paz.
Dueño-- Vale, vale.
(media hora después)
Faux-- ¡Me encanta el 'Born to be alive' pero francamente no se cómo bailarlo en pareja!
Dueño-- Veras, chaval, es que los demás clientes protestan y...
Faux-- ¡Pero qué clientes, hombre! ¡Si ese que está en la barra es tu primo y el otro está tan borracho que sólo oye sus propios ronquidos!
Dueño-- Ya... Es que la gente que para aquí está acostumbrada a lo que solemos poner y...
Faux-- Ahora va resultar que este antro tiene 'línea musical'. ¡Lo que me faltaba por oír! ¡Pero si el día que entré aquí para hablar contigo tenías puesto un LP con los grandes éxitos de Juanito Valderrama, hombre!
Dueño-- Bueno, bueno. Ahora vuelvo a poner tu cinta...


ARQUEOLOGIA NOCTURNO-MARCHOSA EN GIJON: CANOVAS
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Arqueología nocturno-marchosa en Gijón: Cánovas. Haz clic para ampliar. Copyright © www.bailafacil.es.
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Menéndez Pelayo 34

CANOVAS

COMENTARIO: La inclusión de semejante tugurio en esta antología debería daros una idea exacta de lo dura que es la vida del bailarín en busca de la música. El caso es que no siempre se ha dedicado a sus negocios actuales almas sensibles, abstenerse y en 1991, cuando entré allí por primera vez, no tuvieron inconveniente en dejarnos poner nuestras cassettes de baile de salón y cedernos la pista. El sitio era (y es) cutre y siniestro como pocos... pero lo recuerdo con cariño: allí hicimos las primeras fiestas de baile.

 

En fin, tras unos cuantos diálogos para besugos como este, resultó evidente que había que empezar a buscar otro local si queríamos seguir bailando. La experiencia me reportó un montón de diversión en la pista de baile, pero también sirvió para que me diera cuenta de que tratar con los disc-jockeys y empresarios de discotecas no iba a ser cosa fácil. Nuestro siguiente destino fue una discoteca mítica para el baile de salón en esta ciudad: el Rocamar. Pero de ella hablaremos en el siguiente capítulo, que este ya se ha extendido más de la cuenta.

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