Tras más de 2 años sin poder
hacerlo a causa del covid, el pasado sábado 18 de junio
loseventos BAILAFACIL regresaron por fin con la celebración
de una espectacular cena-baile para despedir un curso complicado,
pero que supuso nuestro anhelado retorno a la actividad. Para
tan señalada ocasión fuimos 97 comensales nada
mal, dadas las circunstancias y volvimos al lugar del crimen,
el Restaurante Sidrería 'Las Peñas', mismo escenario de
nuestro último evento, el 29 de febrero de 2020. Nos pareció
una forma poética de cerrar el círculo.
Las fotos que muestran
UN DEDO al pasarles el puntero por encima pueden ampliarse.
Haz CLIC sobre ellas y se abrirán en una nueva ventana.
Como en aquella oportunidad, el trato
fue fantástico y nos alimentaron más que bien, como podéis
ver en las fotos. Por 20 ridículos euros nos metimos entre
pecho y espalda pastel de cabracho, empanadas, lacón,
entremeses fríos y calientes, tortillas, chorizo a la sidra,
carne guisada, costillas al ajillo, postres y bebidas. Nadie quedó
famélico ni hubo indigestiones, así que
todo bien. Después de dar buena cuenta del menú,
ya me disponía a poner la música cuando ¡sorpresa!
nuestros amados alumnos nos tiraron encima 20.000 bolsas llenas
de regalos: pantalones, playeros, material informático, mochilas,
bolígrafos, camisetas y hasta un pijama, que Emma no dudó
en enfundarse allí mismo. ¿Qué podemos decir? Fue
un precioso detalle, un momento mágico que tardaremos
mucho en olvidar. Un millón de gracias a todos, de corazón.
A continuación puse en marcha
la música y los altavoces empezaron a propagar el único
virus que vale la pena contraer: la fiebre del baile. Como
de costumbre, en menos de 2 canciones ya estaba la pista abarrotada
y todo el mundo moviendo el cuerpo a ritmo de cumbia, merengue, chachachá,
bolero, kizomba, rock, bachata, salsa, vals, pasodoble... A lo largo
de más 3 horas bailamos de todo, tuvimos ocasión
de desquitarnos de tanto tiempo sin poder hacerlo y quedó
claro que ¡había muchas ganas! Porque, francamente
Escarlato, bailar en clase está bien, pero hacerlo
en un sitio público con docenas de personas, nocturnidad,
copas, animación y demás... es otra cosa.
La velada pasó volando
entre bailes masivos y otros menos concurridos porque los alumnos
de iniciación aún no los conocen. Paciencia, amigos,
no se hizo Roma en un día. En todo caso, y falta de pasos
aparte, no hubo ningún otro inconveniente que impidiera o dificultara
bailar a nadie: la pista era muy amplia y la ventilación excelente,
así que no pasamos calor en absoluto. El momento cumbre
de la noche fue, como no podía ser de otro modo, la coreografía
de grupo conDanza Kuduro que habíamos preparado
para la ocasión. ¡Salio genial!
En fin, no me enrollo más. Las
muchas imágenes que acompañan estos comentarios
muestran de forma más elocuente que nada que yo diga el estupendo
ambiente que reinó toda la noche y lo bien que lo pasamos
volviendo a hacer lo que más nos gusta: bailar. Ojalá
el próximo curso ya sea totalmente normal y podamos hacer
muchos eventos que nos devuelvan definitivamente la normalidad
perdida estos años de pandemia.
Como de costumbre, quiero rematar el
reportaje agradeciendo a todos los asistentes a la cena su contribución
al éxito del evento. ¡Sois estupendos, gracias infinitas!
A continuación tenéis el habitual resumen videográfico
de la velada. ¡Feliz verano a todos!